lunes, 29 de julio de 2013


COMIDA BASURA EN COLEGIOS

Es un titular muy fuerte para el artículo, pero es  como lo titula El confidencial
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2013-07-29/los-colegios-privados-incumplen-la-normativa-que-limita-la-comida-basura_11728/

En él se denuncian a los colegios privados y/o concertados que incumplen el convenio suscrito entre el Ministerio de Sanidad, el de Educación y empresas del sector agroalimentario suministradoras de servicios de hostelería a centros escolares, a través de la estrategia NAOS. El compromiso, entre otros términos, se refiere a las máquinas expendedoras de alimentos, para que no fueran productos alimenticios ricos en calorías, azúcares simples o grasas saturadas, pero carentes de valor nutricional para la población escolar.
Esta denuncia me parece genial, y se deberían poner sanciones a aquellos centros que incumplen la normativa, pero me hace reflexionar sobre otros puntos, a saber:
Independientemente de que el centro sea público, privado o concertado, muy pocos son los que proporcionan un menú equilibrado en calorías y nutrientes ajustándolo al grupo de población, pudiendo comprobar en muchos casos, que aún aportando datos sobre valoraciones nutricionales de los menús, estos oscilan dentro de la misma semana, en días que aportan 550Kc, y otros cerca de 800Kc.
De acuerdo que lo que vale es la media semanal, pero si queremos tener menos obesidad infantil y dar educación nutricional desde la infancia, debemos de procurar que no existan déficit unos días (en los cuales los niños llegan más hambrientos del colegio) y excesos en otros; o que aportemos demasiadas proteínas con raciones mayores a las que les corresponden, o lácteos como postre en lugar de fruta fresca, ya que suele ser mejor aceptada.
El equilibrio tanto cualitativo como cuantitativo debe de asegurarlo un profesional cualificado para tal fin como son los facultativos con estudios en nutrición humana y dietética. Es mucho el intrusismo profesional entre los propios sanitarios, que realizan enjuiciamientos de valor en temas de nutrición, sin tener base universitaria o estudios de postgrado al respecto, con el menoscabo que ello supone tanto para la seguridad del usuario como para los propios profesionales que ven como su especialidad sirve como actividad de sobresueldo a otros sanitarios cuya actividad profesional, recogida en nuestras diversas normativas, no les faculta para tal función.
El papel que realizan los profesionales de cocina tampoco se puede olvidar, ya que de ellos depende el ajuste del gramaje de los ingredientes de la receta, así como la técnica culinaria a utilizar, para que dichos menús además de ser aceptados por los usuarios finales, a veces a los que también hay que enseñarles a comer, les proporcionen los nutrientes y energía necesarios para estas etapas de continuos cambios y crecimiento.
Y dejo para el final, y no por ello en último lugar de importancia, la labor de los padres. El dinero para poder obtener dichos productos en las máquinas de los centros, lo proporcionan ellos. Una fruta, un lácteo o un bocadillo nos asegura más lo que ingieren nuestros menores que el darles unos euros, aunque sea más cómodo. En los centros se les enseñan muchas materias, pero la educación es labor de los padres, y en dicha educación también se incluye la Educación para la Salud (higiene, sueño, alimentación, nutrición, sociabilidad, etc...). En los centros escolares se procura apoyar dichas actitudes, pero a veces se encuentran con que falta lo esencial, la base, ver todo ello en la propia familia como acto cotidiano.
Toda la sociedad tiene su parte de responsabilidad, seamos conscientes de ellos y apoyémoslo.