Si no tenemos necesidad de bajar de peso, estas opciones podrían ser válidas siempre que tengamos en cuenta una serie de consideraciones:
1. No padecer patologías que contraindiquen alguna de ellas – por ejemplo: alergias/intolerancias alimentarias, diabetes, úlcera o gastritis, hipertensión, síndromes nerviosos, etc.
2. No tomar medicación incompatible con alguna de ellas.
Aun así, y
para que nuestra alimentación sea equilibrada, debemos saber:
1.
Que
todos los días debemos de tomar 3 raciones de frutas (que no piezas, ya que la
cantidad de estas en peso dependerá de la variedad).
2.
Del
total de frutas, al menos una de ellas debe ser un cítrico, para asegurar la
ingesta de vitamina C, vitamina imprescindible para el buen mantenimiento de
las mucosas y la integridad del epitelio vascular, y que al ser hidrosoluble y
muy lábil, eliminamos su exceso por la orina, no la acumulamos y se destruye
incluso con la luz, de forma que la ingesta debe ser diaria.
3.
Las
frutas se recomiendan que sean de temporada, porque son las que más cargas de
nutrientes tienen, que se tomen crudas (para no destruir las vitaminas), bien
lavadas y con piel, por su aporte de fibra, interesante para el buen
funcionamiento intestinal.
4.
La
ingesta de lácteos no debe de ser inferior a 2 raciones, preferiblemente semi o
desnatados en el caso de los adultos, no excesivamente edulcorados, y que las
cantidades en gr o en ml, también variarán según el producto concreto. Los más
aconsejables son los lácteos poco grasos tipo leche semi o desnatados, helados
(preferentemente de yogur en lugar de nata), quesos frescos (que se pueden
acompañar de un poco de miel o dulce de azúcar), cuajada, requesón, flanes y
natillas caseras (donde podemos elegir el tipo de leche para prepararlas, así
como el tipo de edulcorante utilizado), etc… En casos de anemias, se debe saber
que los lácteos dificultan la absorción del hierro, por lo que se aconsejan fuera
de las comidas principales (almuerzo y cena).
5.
Los
productos de panadería, pastelería, bollería y demás, deben dejarse para otras
ingestas de media mañana o merienda, siempre controlando las cantidades y
frecuencia con las que las tomemos, que debe ser muy esporádico,
fundamentalmente si son de origen industrial.
6.
En
cuanto a las infusiones y café, muchas de ellas son carminativas, digestivas,
coleréticas, colagogas, etc, con lo que facilitan la digestión y depuración del
organismo. El café es excitante y aumenta la alerta, además de cardiotónico,
por lo que se toma para evitar el sopor que de forma fisiológica nos envuelve
tras estas ingestas más copiosas.
Sin embargo,
si nuestro objetivo es llevar un control activo del peso, debemos de elegir
como mejor opción las frutas, pero tomar las frutas 20mn antes de las comidas,
acompañadas de líquidos acalóricos, para tener sensación de saciedad y activo
el reflejo de ingestión en el hipotálamo, a la hora de sentarnos en la mesa.
Con esta estrategia estaremos en disposición de comer y saciarnos sin sentirnos
posteriormente llenos por excesos.
Los lácteos es preferible dejarlos para
desayunos, medias mañanas, meriendas en incluso como colación.
Y sobre todo
y fundamental evitar todo lo que sean los dulces.
Así pues, en
este caso mi consejo es que en esos últimos 5 mn, se tome una infusión
caliente, que además de retrasar el vaciamiento gástrico y facilitar la
digestión, nos proporcione los 5 mn de relax tras la comida a veces tan
necesaria para poder proseguir con la actividad diaria, estimulantes si es al
medio día, y con efectos relajante-sedantes si es tras la cena.
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